Noviembre 10, 2013
Lcdo.
Héctor Valdez Albizu
Gobernador Banco Central de la
República Dominicana
Su despacho.-
Honorable gobernador:
Reciba usted mi respeto más elevado.
Honorable Gobernador, nuestras
respectivas posiciones como hombres de Estado nos imponen de manera
irrenunciable, sentir las pulsaciones de las necesidades de un pueblo, que
delega en nosotros la conducción de su presente y su esperanza en un porvenir
venturoso.
Sr. Gobernador, vivimos la turbulencia
de la economía globalizada, transición irreversible hacia el dinero electrónico
y; consecuentemente, se han derivado una multitud de operaciones financieras
que, por su naturaleza, masificación y los billonarios beneficios que generan, pertenecen
a la jurisdicción del Banco Central de la República, organismo que años ha
estado bajo su rectoría.
Lcdo. Valdez Albizu, es muy probable, que
su privilegiado posicionamiento en el tren gubernamental se satisfaga con los
exitosos balances reportados por las instituciones bancarias y los niveles
constantes que conservan las tasas de cambio de las monedas extranjeras; pero
no son esos indicadores que miden el éxito de la función legislativa. Para un
legislador mínimamente comprometido con su pueblo, la satisfacción se expresa
en relación directa con las propuestas legislativas en beneficios de las
comunidades que representamos.
Distinguido Gobernador, en mi posición
de legislador, no hago otra cosa, que traducir en propuestas legislativas las
inquietudes y necesidades de mi pueblo, por tanto, considerando que el uso de
las tarjetas de crédito y débito se ha convertido en una mercancía de consumo
tan masiva para ese pueblo, y que la ausencia de instrumentos reguladores
efectivos y actualizados para tal mercancía está perjudicando severamente a
multitud de ciudadanos, para quienes el uso de dicha mercancía es de vital
necesidad; concebí, redacté y sometí a nuestra Honorable Cámara de Diputados el
PROYECTO DE LEY DE TARJETAS DE CRÉDITO Y DÉBITO, con el noble e irrenunciable propósito
de reducir las distorsiones y desigualdades en este billonario mercado.
Sr. Gobernador, el proyecto referido
no puede ser contrario a la estabilidad cambiaria de la cual usted es el
principal centinela, tampoco aspira a trastornar las operaciones de ninguna institución
bancaria legalmente establecida en el país. No cuestiona la existencia de los
organismos reguladores; simplemente, persigue encerrar las operaciones
derivadas del uso de las tarjetas de crédito y débito bajo un marco
institucional más eficaz, orgánico, surgido del Congreso Nacional; porque al
hacerlo de esta manera, la regulación tendrá un carácter trascendental; lo cual
servirá de garante incuestionable para empresarios bancarios y
tarjetahabientes.
El pasado jueves, 07 de noviembre fue
celebrada, por expresa y formal solicitud nuestra, una nueva vista pública
acerca de dicho proyecto. Es de conocimiento público y notorio la oposición del
Banco Central a la aprobación de dicha ley; y lo hace bajo un argumento que yo,
diputado Francisco Matos, respetuosamente, lo considero insustancial. Una argumentación
que adredemente parece ignorar los procesos parlamentarios recorridos para que
hoy nuestro país tenga un organismo con atribuciones tan bien definidas, como
lo es el BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA DOMINICANA; y es de esta manera, porque
esta institución también ha estado bajo la cobertura del Congreso Nacional.
Hago el necesario esfuerzo para
entender la postura del Lcdo. Manuel González, presidente de la ABCD. Declara éste,
que ya existen leyes y normativas que regulan el mercado de las tarjetas de crédito
y que la población desconoce la forma de cómo exigir sus derechos en caso de
que sean perjudicados con ese
instrumento de pago; pero resulta inquietante saber que el Banco
Central, actuando como un apéndice de la ABCD, corrobore con esta declaración,
conforme a la postura de la Lcda. Carmen Angelina Fondeur, presente en la vista
pública en representación del Banco Central.
Distinguido Gobernador, la argumentación
expuesta de manera conjunta por su prestigiosa institución y las empresas
bancarias carece de racionalidad y manipula los absolutos; si le asignamos validez,
entonces las operaciones financieras de la República estarían regida por la
primera Ley General de Bancos, promulgada en 1909, donde se establecen
regulaciones específicas para Bancos Hipotecarios, Emisores y Refaccionarios.
Respetado funcionario, nadie mejor que
usted conoce, que el Banco Central de la República Dominicana fue creado el 9
de octubre de 1947, de conformidad con la Ley Orgánica No. 1529, e inició sus
operaciones el 23 de octubre del mismo año, instituyéndose como una entidad
descentralizada y autónoma; y cuánta agua legislativa relacionado con dicho banco
ha corrido por debajo del rio en esos 66 años de existencia.
Honorable Gobernador, ¿es esa alegada
falta de conocimiento la causal de los hiperbólicos beneficios de las empresas
bancarias?, ¿es tal ignorancia la responsable de la multitud de ciudadanos en
los Burós de créditos?, ¿es por ese desconocimiento que hay tantos ciudadanos
financieramente minusválido y fragmentados?, ¿es por dicha falta de
conocimiento que las empresas bancarias tienen una multitud de descuentos a los
tarjetahabientes, que en ocasiones, hasta los mismos gerentes desconocen su
existencia?, ¿es esa ignorancia lo que posibilita un régimen de control sin
consecuencias?
Sr. Gobernador, ¿es el alegado
desconocimiento de sus derechos lo que impide que las tarjetas de crédito sean
reguladas mediante un instrumento legal emanado del Poder Legislativo de la
República?, ¿es la ignorancia de tales derechos lo que “motivó” a las empresas
bancarias a retener indebidamente alrededor de RD$ 20 mil millones?, ¿es por
tal ignorancia que nuestros bancos tienen una de las tasas de interés más alta
del planeta?, ¿es por el mismo desconocimiento que en la actualidad los bancos
ponen en práctica nuevas modalidades de descuentos?, ¿conocemos en el país la
suerte que están corriendo algunos bancos –Bank América, en USA- que hacen
descuentos irregulares a sus tarjetahabientes?, ¿en verdad cree usted que con
el actual modelo “sobre regulado” según, su representante en la vista pública
del 7 de noviembre pasado, será posible que se le condene a los bancos a devolver
un solo peso a los tarjetahabientes?
Lcdo. Albizu Campos, son más las
interrogantes que podemos formular. Mientras tanto, anticipamos que esta
cruzada en favor de la inmensa mayoría de los ciudadanos no será detenida,
porque ella es un instrumento vital de gobernabilidad, de paz social y
desarrollo colectivo.
En mi condición de legislador, estoy
utilizando el escenario que me reservan la Constitución y las leyes para
sustentar y defender este PROYECTO DE LEY DE TARJETAS DE CRÉDITO Y DÉBITO; pero
la inmensa mayoría ciudadana, ésa que a través de sus voces autorizadas ha
expresado su apoyo irrestricto al indicado proyecto, tiene otros escenarios y
otros métodos de reclamar sus legítimos derechos; escenarios y métodos que no
vacilan en utilizar, y sobre los cuales ni usted ni yo, Sr. Gobernador, tenemos
medios disuasivos.
Honorable Gobernador, es una verdadera
lástima, que un porcentaje mayoritario de la prensa escrita nacional, resalte
capciosamente las posturas contrarias que sustentan las instituciones bancarias
y el Banco Central de la República al indicado proyecto, mientras se muestra
ciega, sorda y muda al clamor de los afectados por una normativa tan indigna de
su propósito y tan perturbadoramente favorable al sector bancario. Otra vez ese
porcentaje de la prensa escrita, respondiendo a no sé qué designio, ha puesto
LA MENTIRA EN EL TRONO Y A LA VERDAD EN EL PATÍBULO; a tal extremo, que parece
dar a entender, que el diputado Francisco Matos es un villano en este drama de
las tarjetas de crédito y débito, o un perturbador de la salud financiera del país.
No puedo finalizar este documento, sin
alertar a quienes esgrimiendo artificiosas maniobras y manipulando la verdad,
pretenden inútilmente obstruir el proceso normal de lo que tiene que nacer de
las mismas entrañas del Congreso Nacional una ley de TARJETAS DE CRÉDITO Y
DÉBITO. Actúan así, porque están despojados del mínimo sentido de humanidad y
porque la ÉTICA es un ingrediente ausente en la composición de sus riquezas. Al
actual de tal manera, están creando las condiciones para el surgimiento de
crisis, pues una crisis no es otra cosa que la natural reacción social al
impedimento de lo que tiene que nacer para su beneficio en el tiempo y espacio
que le corresponde.
Ing. Francisco Matos
Diputado por la provincia de Santiago
de los Caballeros, República Dominicana.
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